jueves, 27 de noviembre de 2014

Maurito.

Fue un adiós sin despedida; fue tu mano que soltó la mía; fue un viento que llevo tu sonrisa; fue un suspiro que trató de sacar la mía. He de pensarte seguido; con imágenes no muy vagas; con recuerdos muy profundos; fueron tiempos memorables, para todo amigo tuyo. No se entiende siempre la vida; hemos de estar perdidos en ella; hemos de estar buscándote siempre.
Con tu vida, salvaste seis; con tu despedida, diste nuevos saludos; todos siempre estaremos agradecidos por estar en cada unos de nuestros corazones; nunca dejes de estar feliz; nunca dejes de sonreír.
Te vamos a amar por siempre, te vamos a extrañar por siempre; por siempre estaremos contigo; por siempre estarás conmigo.
Con lágrimas te agradezco, amigo, que me hayas dado tantos momentos; que te hayas llevado muchos, que me hayas sonreído.
Es hora de decir adiós, es hora de un hasta luego; sé nos volveremos; sé que nos amaremos. Hasta siempre compañero, hasta siempre hermano mío.